Bajo ciertas condiciones, incluso las flores más cuidadas pueden mostrar signos inesperados de deterioro. A veces, lo que comienza como un leve cambio en el color o la textura de los cogollos termina revelando un problema más profundo. ¿Qué factores llevan a que una flor CBD se vuelva marrón? ¿Qué puede significar?
El aspecto marrón y seco que en ocasiones aparece no es una simple cuestión estética. En este artículo, exploramos cómo el entorno, los procesos de cosecha y ciertas enfermedades inciden en la salud del cogollo, y qué medidas usan los cultivadores para ayudar a preservar su estado óptimo.
¿Por qué algunos cogollos se tornan marrones y secos?
La transformación de cogollos frescos y compactos en estructuras marrones y quebradizas puede generar preocupación, tomando en cuenta que en el cáñamo la calidad visual y estructural es un indicador clave de buena conservación. Aunque ciertas variedades presentan colores más oscuros por naturaleza, el cambio no deseado hacia un tono marrón apagado, acompañado de rigidez o fragilidad, suele estar asociado a problemas. Comprender qué procesos están involucrados en esta degradación es el primer paso para mantener flores saludables y preservar sus características.
Factores Ambientales: Humedad, Temperatura y Ventilación
En cualquier espacio de cultivo, las condiciones ambientales actúan como pilares fundamentales que sostienen la vitalidad de las flores. Cuando los niveles de humedad son elevados y la ventilación escasa, el entorno se vuelve propicio para la proliferación de hongos. Por el contrario, ambientes muy secos provocan que los cogollos se deshidraten rápidamente, perdiendo su elasticidad y tornándose quebradizos.
La temperatura también influye significativamente. Un calor excesivo acelera la pérdida de agua y de compuestos volátiles que contribuyen a la consistencia natural de las flores. En cambio, temperaturas frías durante la floración pueden ralentizar el desarrollo general de la planta. En conjunto, estos factores son la clave que determinará el aspecto, la textura, la estructura y la calidad general de los cogollos.
Errores Comunes en el Secado y Manicurado
Una vez finalizada la cosecha, el siguiente desafío es el secado, un proceso delicado que influye directamente en el aspecto y la conservación de las flores. Si se realiza en condiciones inadecuadas, con ventilación excesiva o calor alto, los cogollos pueden secarse de forma desigual. Esto genera una superficie dura mientras el interior retiene humedad, lo que favorece la aparición de moho con el paso de los días.
El manicurado, es decir, el retiro de hojas pequeñas alrededor de las flores, también tiene implicaciones importantes. Si se realiza de forma superficial, pueden quedar restos vegetales que conservan humedad o dificultan el curado uniforme. En el otro extremo, un manicurado excesivo puede dejar los cogollos demasiado expuestos, facilitando una deshidratación prematura. La clave está en encontrar un equilibrio que garantice tanto la buena presentación como la conservación adecuada.
Enfermedades y Plagas que Afectan la Apariencia
La salud de las flores también puede verse afectada por factores biológicos, como hongos e insectos, que alteran su coloración, textura y estructura. Identificar estas amenazas a tiempo permite tomar medidas eficaces antes de que se produzcan daños irreversibles.
Botrytis: El moho gris en cogollos
La botrytis, también conocida como moho gris, afecta con frecuencia a los cogollos durante la etapa final del cultivo, especialmente cuando las condiciones de humedad y ventilación no están bien controladas. Este hongo puede desarrollarse de manera silenciosa, sin señales visibles, hasta que la floración avanza y el microclima dentro del cogollo se vuelve más cálido y húmedo.
De acuerdo con un estudio reciente realizado en invernaderos, los momentos más críticos para su aparición coinciden con etapas avanzadas de floración. En ese periodo, la humedad y la temperatura dentro de los cogollos superan las del entorno, generando el ambiente perfecto para que la enfermedad se active (Buirs et al., 2025).
El movimiento constante del aire y la elección de variedades menos densas para los meses o espacios más humedos son factores clave que ayudan a reducir su impacto.
Otras infecciones fúngicas: Oidio y Fusarium
Además de la botrytis, existen otros hongos que afectan directamente a la calidad de los cogollos. El oidio suele manifestarse como una capa blanca y polvorienta sobre hojas y flores. Aunque puede parecer inofensivo al principio, esta capa bloquea el proceso de fotosíntesis, debilitando gradualmente a la planta y afectando la salud general de las flores.
El Fusarium, por su parte, actúa de manera más invisible. Ataca las raíces y los tallos, provocando una especie de marchitamiento progresivo. A menudo, las plantas afectadas presentan un aspecto decaído sin motivo aparente hasta que se revisa el sistema radicular. Esta infección también está relacionada con condiciones de humedad excesiva y sustratos mal aireados. Prevenir su aparición implica prestar atención al drenaje y mantener condiciones controladas en la base del cultivo.
Plagas habituales: Ácaros y trips
Los insectos diminutos también pueden provocar la aparición de cogollos que lucen secos, dañados o decolorados. Entre los más comunes se encuentran los ácaros y los trips, que se alimentan de la savia vegetal, dejando pequeñas manchas, decoloraciones o telarañas finas en las hojas y flores.
Cuando estas plagas atacan los cogollos, no solo alteran su aspecto, sino que debilitan la estructura general de la flor, volviéndola más susceptible a la deshidratación. Algunos métodos naturales de control incluyen la introducción de insectos beneficiosos, el uso de jabón potásico y la limpieza regular del entorno. Mantener un entorno limpio y bien gestionado suele marcar la diferencia en la prevención de este tipo de daños.
Estrategias de Prevención para Mantener la Calidad
A lo largo de todo el proceso, desde la fase vegetativa hasta la cosecha, mantener condiciones estables es clave para conservar la integridad de las flores. Durante los meses más cálidos, especialmente en verano y principios de otoño, las plantas pueden volverse más susceptibles al deterioro, en particular aquellas variedades con flores muy densas o cerradas.
Evitar niveles extremos de humedad, reforzar la ventilación en el espacio de cultivo y optar por genéticas menos compactas son decisiones que pueden marcar una gran diferencia en este periodo crítico. También se ha observado que las etapas medias de la floración representan una ventana de mayor riesgo, por lo que resulta útil implementar medidas preventivas antes de que la planta alcance ese punto.
El uso de ventiladores o sistemas de extracción contribuye a mantener un flujo constante de aire, lo que impide la formación de microclimas húmedos donde podrían desarrollarse patógenos. Asimismo, evitar encharcamientos en el riego y optar por sustratos con buen drenaje mejora el estado general de las raíces y, por extensión, de toda la planta.
Además, un monitoreo regular ayuda a detectar posibles desequilibrios a tiempo. A través de esta vigilancia preventiva, se evita que pequeños problemas se conviertan en situaciones difíciles de revertir, asegurando cogollos con buen aspecto, textura firme y color saludable.
Secado, Curado y Conservación Óptima
La fase posterior a la cosecha es determinante para conservar la calidad de las flores. Un secado lento, en ambiente oscuro y con temperatura moderada, permite que la humedad se libere de manera uniforme. La duración de este proceso puede variar según la densidad de los cogollos y las condiciones del entorno.
El curado, que se lleva a cabo en frascos herméticos, ayuda a estabilizar el nivel de humedad interno y mejora la textura, el aroma y la apariencia final. Durante las primeras semanas, abrir los frascos periódicamente permite liberar el exceso de humedad. Esta práctica, conocida como «aireación», evita que se forme moho en el interior. Para la conservación a largo plazo, los sobres reguladores de humedad son aliados eficaces, ya que ayudan a mantener el equilibrio necesario y previenen tanto la desecación como la aparición de hongos.
Qué hacer ante signos de deterioro por hongos
La detección de hongos en los cogollos requiere una acción inmediata. Las zonas afectadas deben retirarse con cuidado y descartarse fuera del entorno de cultivo. A continuación, es fundamental revisar el espacio de secado, mejorar la ventilación y asegurarse de que la humedad ambiental esté bajo control.
Para evitar recurrencias en cosechas futuras, se recomienda reforzar las medidas preventivas: aplicación de fungicidas naturales como el extracto de cola de caballo, reducción del riego en etapas sensibles, y control periódico de las condiciones del entorno. Estas prácticas, cuando se aplican de manera sistemática, ayudan a mantener las flores libres de infecciones, conservando tanto su apariencia como su estructura interna.
Conclusión
La aparición de cogollos marrones secos suele reflejar una cadena de factores que, en conjunto, afectan el resultado final de una cosecha. Desde un ambiente inadecuado hasta errores en el secado o la incidencia de enfermedades, cada etapa influye en el aspecto, textura y calidad de las flores. Comprender estas causas y aplicar estrategias preventivas permite proteger el trabajo invertido en el cultivo.
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Referencias
Cheung, N., Tian, L., Liu, X., & Li, X. (2020). The Destructive Fungal Pathogen Botrytis cinerea-Insights from Genes Studied with Mutant Analysis. Pathogens (Basel, Switzerland), 9(11), 923. https://doi.org/10.3390/pathogens9110923
Buirs, L., Lung, S., & Punja, Z. K. (2025). The epidemiology and management of Botrytis cinerea causing bud rot on greenhouse cultivated cannabis (Cannabis sativa L.). Canadian Journal of Plant Pathology, 1–21. https://doi.org/10.1080/07060661.2025.2478250