El cultivo del cáñamo es fascinante porque, en general, se trata de permitir el ciclo de crecimiento y vida natural de la planta dándole las condiciones ideales para que se desarrolle. Es hermoso observar cómo avanza ese ciclo y acompañarlo sin forzar nada. Quizá por eso el momento de la cosecha impresiona tanto incluso a quienes ya tienen experiencia: es la etapa en la que hay que intervenir con mucha precisión para obtener cogollos CBD en su punto óptimo. Para muchos cultivadores, decidir cuándo interrumpir el desarrollo y cortar las flores es una de las decisiones más delicadas. Con el tiempo, los expertos han encontrado una forma de observación que les da mucha claridad: estudiar los tricomas con atención.
Los tricomas: la clave para cortar cogollos
Los tricomas son pequeñas estructuras que recubren las flores y parte de las hojas. Bajo la lupa, parecen diminutas glándulas transparentes que sobresalen como si fueran gotitas. Son importantes porque allí se producen muchos de los compuestos que les interesan a los cultivadores, incluyendo cannabinoides y terpenos. Al ser “fábricas químicas” microscópicas, su apariencia cambia conforme avanza la madurez de la flor, y esos cambios visuales son el indicador principal que utilizan quienes saben evaluar el punto exacto de corte.
Colores de los tricomas según la fase de la flor
A partir del color y la transparencia de los tricomas, los cultivadores identifican el momento de desarrollo de la flor. Suelen observar tres etapas:
- Translúcidos: Son casi completamente transparentes. Indican una flor en etapa temprana, aún en desarrollo interno.
- Lechosos: Pierden transparencia y se vuelven opacos, con un tono blanco. Aquí la flor se acerca a su madurez y suele ser la fase más observada.
- Ámbar: Muestran un tono dorado o ambarino. Representan un punto avanzado de madurez, donde algunos compuestos ya empiezan a transformarse.
El mejor momento para cosechar cogollos
Ahora que entendemos cómo se leen los tricomas, es más fácil comprender el criterio de los cultivadores: buscan el instante en el que la mayoría están en fase lechosa, justo antes de que la tonalidad ámbar sea dominante. Ese es el equilibrio que consideran ideal. Cortar demasiado temprano puede significar que la flor no alcanzó su desarrollo pleno; esperar demasiado puede hacer que parte de los cannabinoides y terpenos empiecen a degradarse, cambiando el perfil que se trabaja tanto en el cultivo.
Esta ventana es breve y requiere observación constante. Por eso quienes se dedican a este trabajo revisan las flores cada día durante la etapa final, atentos a los pequeños matices que puedan aparecer.
Después de cortar cogollos: secado y curado
Una vez que los cultivadores cortan las flores, empieza una fase totalmente distinta. Aquí ya no se trata de observar colores, sino de manejar el ambiente para que la flor mantenga su calidad. El secado y el curado son dos procesos separados que requieren planificación con antelación, porque no hay margen para improvisar.
- Secado: Suele hacerse en espacios con buena ventilación, poca luz y control de humedad. El objetivo es retirar la humedad interna de forma gradual para evitar que se formen hongos o que la flor pierda sus propiedades de manera abrupta.
- Curado: Una vez secas, las flores pasan a recipientes donde se abren y cierran periódicamente para permitir que el aire se renueve. Esta etapa ayuda a estabilizar el aroma y la textura con el paso de las semanas.
Ambos momentos son tan importantes como el corte: son los que terminan definiendo el perfil final con el que se presentará la flor CBD.
¿Se pueden cortar cogollos antes?
En algunos casos, los cultivadores experimentados cortan flores pequeñas o situadas en zonas menos iluminadas al inicio de la fase de floración. Lo hacen para redirigir la energía de la planta hacia las flores con mejores condiciones, como aquellas que reciben más luz. No es una práctica improvisada ni casual; requiere conocer bien el comportamiento de la planta, saber cómo responde y tener la paciencia de revisar todo el desarrollo con calma. Por eso no suele ser una técnica utilizada por quienes están empezando a explorar el mundo del cáñamo.
Detalles que los cultivadores valoran al tomar decisiones
Además del color de los tricomas, los cultivadores prestan atención a la estructura de la flor, la firmeza, el olor del entorno y la respuesta de la planta en días consecutivos. Todo esto les da un mapa mucho más completo del estado real del cultivo. Aunque parece un proceso técnico, en realidad combina observación científica con una sensibilidad adquirida tras muchas temporadas. Es una práctica que se afina con el tiempo, más como una habilidad que como una receta.
Un aprendizaje que acompaña a cada cosecha
En cada ciclo de cultivo hay una oportunidad de aprender algo nuevo, y esa experiencia acumulada es lo que diferencia a quienes dominan este proceso. Entender los tricomas, saber cuándo cortar y manejar bien el secado y el curado forma parte de ese conocimiento artesanal que se transmite entre cultivadores.
Este es el conocimiento con el que trabaja el equipo que cultiva el cáñamo para Maionais CBD, aplícandolo cuidadosamente en cada etapa y, por eso, pueden traerte flores CBD premium manejadas con maestría desde el inicio hasta el resultado final.