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Qué es el 10-OH

En el mundo de los cannabinoides cada poco tiempo aparecen nombres nuevos que llaman la atención. A veces los lees en un blog, los ves en la etiqueta de un producto o alguien te los menciona y la primera reacción suele ser la misma: confusión. ¿Será algo parecido al THC o al CBD? ¿Será lo mismo que el HHC? ¿Por qué surgen tantos nombres distintos? El 10-OH es uno de esos términos recientes. Ha empezado a aparecer en páginas especializadas y en productos que circulan en el mercado, y por eso genera tantas preguntas. Aquí vamos a explicarte con calma qué significa, qué lo diferencia de otros cannabinoides y por qué existen variantes como esta. Variantes de cannabinoides: por qué aparecen nuevas formas Si solo conocías al THC y al CBD, los cannabinoides más famosos, quizá te sorprenda descubrir que no son los únicos. Hoy existen muchas variantes que circulan en el mercado y en las conversaciones, resultado del creciente interés de los expertos por explorar el mundo del cannabis. Estas variantes surgen porque los investigadores y la industria buscan descubrir lo que pequeños cambios en la molécula pueden causar en la manera en que funciona un cannabinoide, y como esto cambia sus efectos y mecanismos de acción. Conviene recordar que, cuándo hablamos de cannabinoides, podemos separarlos según su origen: cuando se encuentra en la planta, como el THC o el CBD, se le llama fitocannabinoide, porque existe de manera natural. En cambio, si se obtiene unicamente en un laboratorio, se habla de un cannabinoide sintético. Sin embargo, muchos fitocannabinoides se pueden sintetizar en un laboratorio incluso cuándo existen en la planta, como veremos más adelante. Cómo se crean estas variantes Una forma sencilla de entenderlo es pensar en una molécula como un bloque de construcción. En el laboratorio, los químicos pueden añadir o quitar piezas diminutas, grupos químicos, para modificar su forma. Ese pequeño cambio puede hacer que la molécula encaje de manera distinta en el cuerpo. Piensa, una vez más, en los bloques de construcción: el organismo posee receptores que son como ranuras en las que pueden entrar (o no) esos bloques, y cambiar su forma puede también cambiar la manera en que interactúa con el cuerpo. Esto se logra a través de técnicas de química orgánica que permiten armar moléculas paso a paso o ajustar las que ya existen (Schlatter, 2014). Algo interesante es que no todos los cannabinoides fabricados en laboratorio son exclusivamente “sintéticos”. Muchas veces lo que se hace es replicar moléculas que ya existen en la planta. Incluso ha pasado que se sintetiza primero en laboratorio y, tiempo después, se descubre que esa variante también estaba en la planta en cantidades muy pequeñas. Cómo entender el nombre 10-OH El nombre parece complicado, pero en realidad es sencillo cuándo se entienden los esquemas de nombres químicos que usan los expertos. La parte “-OH” significa que la molécula tiene un grupo hidroxilo, formado por oxígeno e hidrógeno. El número “10” indica el lugar exacto de la molécula donde se coloca ese grupo. Ese detalle, aunque parezca mínimo, cambia ligeramente la forma de la molécula y, por lo tanto, cómo interactúa en el cuerpo. Diferencia entre 10-OH-THC y 10-OH-HHC Cuando hablamos de 10-OH, en realidad podemos referirnos a dos variantes distintas. 10-OH-THC: se encuentra en la planta en cantidades muy pequeñas y también puede producirse en laboratorio. Algunos reportes señalan que se parece al THC, pero con un perfil más suave. 10-OH-HHC: se obtiene únicamente en laboratorio a partir del HHC, un cannabinoide que también está presente en la planta, aunque en niveles muy bajos. Al estar más cerca del HHC que del THC, se comenta que comparte más con el primero y suele describirse como más moderado. Por qué se desarrollan cannabinoides como el 10-OH La aparición de nombres como 10-OH responde a varias razones. Por un lado, existe la búsqueda de perfiles diferentes y matices que no ofrecen los cannabinoides más clásicos. Por otro, está la necesidad de ajustarse a cambios legales que limitan unas moléculas y dejan espacio para otras. También hay una curiosidad científica por entender cómo un cambio tan pequeño puede influir en la intensidad o en la duración de lo que las personas sienten. Además, parte de la investigación en torno al cannabis busca identificar posibles beneficios ocultos en moléculas poco exploradas. En ocasiones, los resultados de esos estudios se convierten en productos que llegan al mercado, y por eso empiezan a sonar términos que antes eran desconocidos. Lo que se sabe sobre los efectos del 10-OH Aquí conviene ser claros: todavía no hay estudios sólidos sobre el 10-OH. La información que circula viene sobre todo de artículos divulgativos, páginas comerciales y testimonios de usuarios. Por esto, es importante tomar todos estos datos con pinzas. Pero, en general, lo que se repite es que se describe como una experiencia más suave en comparación con otros cannabinoides. Sensaciones atribuidas al 10-OH-HHC Las personas dicen que el 10-OH-HHC se relaciona con calma, con un bienestar ligero y con un perfil más estable que otros cannabinoides. Se reporta que los efectos no son tan marcados y que tienden a sentirse de manera más moderada. Como ocurre con todos los cannabinoides, cada persona lo percibe de manera diferente. Posibles efectos secundarios del 10-OH También se mencionan molestias que resultan familiares en esta familia de compuestos: sequedad en la boca, cansancio, nerviosismo o malestar estomacal. No son muy distintos de los posibles efectos secundarios de otros cannabinoides, pero al tratarse de una variante nueva y poco estudiada conviene prestar todavía más atención y consultar con un profesional de la salud en caso de sentir algún malestar. Legalidad del 10-OH En cuanto a la regulación, el 10-OH todavía se considera legal en la mayoría de los lugares donde circula. A diferencia de lo que ha pasado con otros cannabinoides como el HHC, que ya han sido restringidos en algunos países, el 10-OH se mantiene dentro de un marco permitido. Eso sí, aplica la misma regla que

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Diferencias entre el CBD y el CBDP

Aunque son sin duda los más conocidos, el mundo del cannabis no se limita al CBD y el THC. Detrás de ellos existe toda una constelación de compuestos llamados cannabinoides, cada uno con estructuras químicas distintas y posibles efectos únicos en el organismo. Entre ellos se encuentra el CBDP o cannabidiforol, una molécula que fue identificada hace poco y que hoy despierta curiosidad porque podría diferenciarse del CBD en la manera en que interactúa con el cuerpo. A lo largo de este artículo vamos a repasar qué se sabe de cada uno, en qué se parecen y en qué no, y qué dicen los estudios actuales sobre su potencial. De esta forma, podrás comprender mejor por qué el cannabidiol es tan conocido y el cannabidiforol apenas empieza a abrirse camino. ¿Qué son los cannabinoides CBD y CBDP? CBD es la abreviatura de cannabidiol, uno de los cannabinoides más abundantes y estudiados de la planta de cannabis. Durante años ha sido el foco de numerosas investigaciones que lo relacionan con la modulación de procesos como la inflamación, el dolor y el equilibrio emocional. Hoy en día, el CBD es considerado un cannabinoide de referencia porque aparece en altas concentraciones en ciertas variedades de cannabis y porque su perfil de seguridad ha sido ampliamente evaluado. El CBDP, en cambio, corresponde al cannabidiforol, un cannabinoide mucho más raro. Se detecta en cantidades extremadamente pequeñas dentro de la planta, lo que hace muy difícil obtenerlo directamente. Por esa razón, la mayoría de los estudios actuales se realizan con versiones producidas en laboratorio a partir de otros extractos. En conjunto, tanto el CBD como el CBDP forman parte de esa gran familia de moléculas llamadas cannabinoides que pueden estar dentro del cuerpo, sintetizarse en laboratorios y, por supuesto, aparecer de manera natural dentro de las plantas. ¿Qué es el CBDP y cómo se descubrió? El cannabidiforol pertenece a la familia de los fitocannabinoides, es decir, compuestos producidos naturalmente por la planta de cannabis. Sin embargo, esta distinción es bastante nueva, pues hasta hace muy poco se creía que solo podía obtenerse por procesos químicos en laboratorios. Durante décadas, el CBDP fue solo un concepto químico. Los científicos podían sintetizar moléculas parecidas en el laboratorio, pero no se había confirmado su existencia en la planta. En 2019, un equipo logró detectarlo en pequeñas cantidades en una variedad concreta de cannabis. Según el estudio de Haghdoost et al. (2024), ese hallazgo permitió reclasificarlo como fitocannabinoide natural, aunque aclaró que la mayor parte de los experimentos con CBDP se realizan con compuestos obtenidos de manera sintética. Un cannabinoide raro en la naturaleza La presencia del CBDP es tan mínima en las plantas de cannabis analizadas que buscarlo se parece a intentar encontrar una aguja en un pajar compuesto de muchos otros cannabinoides. Esta rareza es lo que lo convierte en un cannabinoide especial, pues su simple detección ya fue considerada un logro. Que aparezca en cantidades tan bajas también explica por qué aún no lo vemos de forma comercial como ocurre con aceites CBD o flores de CBD que sí están disponibles en muchos lugares. Diferencias estructurales entre el CBD y el CBDP Cuando se comparan dos moléculas, a veces la diferencia está en detalles casi invisibles para nosotros, pero enormes en la escala de la química. El CBD y el CBDP son un buen ejemplo. El cannabidiol tiene una cadena lateral de cinco carbonos, mientras que el cannabidiforol cuenta con siete. Puede sonar como un cambio menor, pero en el mundo molecular estas variaciones pueden modificar la forma en que la sustancia interactúa con los receptores del cuerpo. El interés en este tipo de cambios viene de casos como el del THCP, un cannabinoide que, gracias a una cadena lateral más larga, mostró una afinidad muy alta con los receptores endocannabinoides. Según Haghdoost et al. (2024), se planteó la posibilidad de que algo parecido ocurriera con el CBDP frente al CBD. Sin embargo, los experimentos iniciales no encontraron una potencia significativamente mayor. Esta diferencia estructural, no obstante, sigue siendo la base del por qué el CBDP despierta interés. Comparación de efectos entre el CBD y el CBDP en el organismo Para entender cómo actúan estos cannabinoides, primero hay que recordar que nuestro cuerpo tiene un sistema propio llamado endocannabinoide. Es una red de receptores que ayuda a regular funciones esenciales como el dolor, el apetito, el estado de ánimo o el sueño. El estudio de Haghdoost et al. (2024) se enfocó en comparar la manera en que el CBD y al CBDP interactúan con estos receptores, pero lo hizo in vitro, es decir, en condiciones de laboratorio y no directamente en humanos. Esa comparación nos da una primera idea de cómo podrían comportarse. Interacciones en receptores clave Los resultados mostraron que en los receptores CB1, vinculados principalmente al sistema nervioso, ninguno de los dos generó efectos significativos. En el CB2, más relacionado con el sistema inmune, el CBD mostró una ligera ventaja sobre el CBDP. Cuando se analizaron otros receptores como los de serotonina y dopamina, asociados a funciones emocionales y de motivación, el CBD volvió a mostrar cierta actividad, mientras que el CBDP apenas tuvo efecto. La diferencia más llamativa apareció en el receptor mu-opioide, una proteína clave en los procesos del dolor. Aquí el CBDP no lo activó por sí mismo, pero sí pareció potenciar su señal cuando otras moléculas ya lo había estimulado. A este fenómeno se le llama “modulación alostérica positiva”. El CBD, en cambio, mostró un efecto contrario, tendiendo a reducir la actividad. Este hallazgo abre la posibilidad de futuras investigaciones sobre cómo el CBDP podría complementar a otros compuestos en el manejo del dolor. Investigaciones científicas sobre CBDP y CBD Cuando hablamos de ciencia y cannabinoides, el contraste entre el CBDP y el CBD se vuelve evidente. Uno apenas comienza a ser observado en laboratorios, mientras que el otro ya cuenta con un historial sólido de investigaciones en diferentes campos. Explorar lo que se sabe de cada uno es clave para

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¿Qué es el THCP?

El mundo de los cannabinoides no deja de sorprendernos. Las investigaciones continúan descubriendo variaciones que revelan un universo de diversidad cada vez más profundo en las plantas de cannabis. Uno de estos nuevos descubrimientos es el THCP, un fitocannabinoide que despertó el interés de la comunidad científica porque podría ayudar a comprender mejor las diferencias percibidas en las experiencias con esta planta. Veamos, paso a paso, qué es el THCP, cómo se describió por primera vez, en qué difiere del THC y qué implicaciones podría tener en la interpretación de la potencia de ciertos extractos. ¿Qué es el THCP y cómo fue descubierto? La primera vez que se habló de este cannabinoide fue en 2019, cuando se publicó el trabajo de los investigadores Citti et al. (2019). La noticia no fue solo que habían identificado una molécula nueva en la planta, sino que la aislaron y la describieron con herramientas analíticas que confirmaban su naturaleza fitocannabinoide. Esto es crucial porque diferencia un hallazgo genuino en la planta de cannabis sativa de los muchos cannabinoides sintéticos que se han desarrollado hoy en día. El equipo mostró que el THCP posee una cadena lateral heptilo (siete carbonos), un rasgo estructural que se convirtió en la pista principal para entender su comportamiento farmacológico. Además, los autores no se quedaron en la estructura: midieron su afinidad por los receptores CB1 y CB2 y observaron cómo se comportaba en el clásico tetrad test en modelos animales, un conjunto de pruebas que explora hipolocomoción, hipotermia, catalepsia y analgesia. En términos simples, Citti et al. (2019) aportan tres piezas importantes para la investigación: primero, la confirmación de que el THCP existe en la planta; segundo, la caracterización química que explica sus diferencias con el THC y por qué podría interactuar con más fuerza con el sistema endocannabinoide; y tercero, realizaron pruebas en modelos animales que indican que los efectos aparecen con cantidades menores que las necesarias con THC. Esa combinación de datos llevó a los autores a proponer una hipótesis sugerente: pequeñas cantidades de THCP en ciertos extractos podrían modular la potencia percibida, lo que ayudaría a explicar por qué dos variedades con igual porcentaje de THC no siempre se sienten igual. Diferencias entre THC y THCP Si te preguntas por qué dos moléculas tan parecidas podrían generar efectos distintos, la respuesta está en su estructura. El THC presenta una cadena pentilo (cinco carbonos), mientras que el THCP incorpora heptilo (siete carbonos). Según Citti et al. (2019), lo interesante es que esta cadena es la responsable de la interacción con los receptores CB1 del sistema endocannabinoide. Esta interacción es la causa de los efectos psicoactivos del THC y los expertos teorizan que la cadena más larga del THCP aumenta la probabilidad de que, a concentraciones equivalentes, se ocupen más receptores y se produzcan mayores efectos. ¿Por qué el THCP podría ser más potente que el THC? Para entender por qué el THCP muestra una afinidad superior, conviene detenerse en lo que Citti et al. (2019) aportan específicamente sobre su interacción con el receptor CB1. En su estudio, realizaron ensayos que cuantifican la firmeza de la unión de cada molécula al receptor. El resultado destacado fue que el THCP parecía tener una afinidad por CB1 varias decenas de veces mayor que la reportada para el THC en condiciones comparables. Esta diferencia sugiere que, a igual concentración, el THCP ocupa un número mayor de receptores, aumentando la probabilidad de que ocurran efectos asociados con el uso de cannabis. Eso es justamente lo que muestran los datos experimentales descritos por Citti et al. (2019). Los análisis que realizaron en modelos animales al aplicar el llamado “tetrad test” que compara efectos sensoriales, parecen respaldar su idea de que el THCP puede causar los mismos efectos que el THC con menores cantidades. Sin embargo, esto aún no ha sido estudiado en humanos. Presencia del THCP en la planta y variabilidad Una de las grandes preguntas tras su descubrimiento fue cuánto THCP existe realmente en la planta. Citti et al. (2019) lo detectaron en cantidades mínimas, lo que indica que no es un cannabinoide abundante. Sin embargo, señalaron que podrían existir variedades con niveles más altos, lo que abre la posibilidad de que influya en la experiencia de algunas plantas específicas. Para quienes buscan usar cannabis con diferentes fines, esto podría ser clave. Si dos productos tienen el mismo porcentaje de THC pero uno incluye cantidades no declaradas de THCP, sus efectos podrían ser muy diferentes. Por eso, los expertos también recomendaron que el THCP se incluya en los análisis de perfil químico, de modo que todos los interesados tengan información más precisa sobre la potencia real de los productos. Investigaciones sobre THCP: lo que se sabe y lo que no Hasta ahora, todo lo que conocemos sobre el THCP proviene de estudios de laboratorio y de modelos animales. Esto significa que hablamos de señales prometedoras, pero poco más que eso. Veamos, de todas maneras, lo que dicen estos estudios. Aplicaciones potenciales del THCP En su revisión científica, Walsh et al. (2021) subrayaron que los cannabinoides menores como el THCP merecen ser estudiados con el mismo rigor que los principales. Destacaron que sus propiedades observadas en laboratorio podrían tener interés para el tratamiento del dolor u otros síntomas, especialmente porque se requieren dosis menores para producir efectos analgésicos. Como vimos antes, Citti et al. (2019) confirmaron en ratones que el THCP reproduce los efectos del THC con mayor eficacia. Sin embargo, Walsh et al. (2021) recordaron que este tipo de hallazgos no pueden confirmarse sin estudios clínicos en humanos. Todavía no se han realizado ensayos conocidos que confirmen su seguridad o eficacia. Riesgos, seguridad y precauciones En el plano de la salud pública, Rossheim et al. (2023) llamaron la atención sobre la forma en que se están comercializando productos que mencionan el THCP como ingrediente. En muchos casos, se ofrecen en un marco legal confuso, con estándares de calidad muy variables y etiquetados poco claros. Ante la falta de técnicas confiables de

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¿Qué es el CB9 y en qué se diferencia del CBD?

El mundo de los cannabinoides es muy amplio. Las investigaciones y experimentaciones están descubriendo e incluso formulando nuevos compuestos todo el tiempo En los últimos meses, uno de ellos ha comenzado a aparecer en foros y tiendas online que ofrecen productos relacionados con el cannabis: el CB9. Algunos lo presentan como un derivado del CBD con efectos psicoactivos suaves, como un nuevo integrante del mundo cannábico que despierta curiosidad. Sin embargo, si has investigado un poco más a fondo, habrás notado que la información disponible es confusa y, lo más importante: no suele tener respaldo científico. Sí has escuchado sobre el CB9 y quieres saber lo que realmente es, estás en el lugar adecuado. En este artículo vamos a guiarte para que descubras qué es el CB9, qué se comenta en internet, cuáles son sus diferencias con el CBD y lo que dice realmente la ciencia sobre él. CB9: Un nuevo cannabinoide popular El CB9 es uno de esos nombres que aparecen de pronto en la comunidad cannábica digital y generan conversaciones entre entusiastas y compradores. En foros y páginas especializadas se repite que es un cannabinoide nuevo, relajante y con efectos psicoactivos suaves. Algunos dicen que es un cannabinoide natural que se encuentra en la planta, otros que es un cannabinoide sintético. Esta mezcla de rumores y datos escasos ha creado un aura de confusión, pero también de curiosidad alrededor del CB9. En Maionais nos importa tu confianza y conocimiento, por eso hemos rastreado el que es hasta ahora el único estudio científico que ha identificado de forma puntual y sus conclusiones aún son limitadas. Lo que te podemos adelantar es que se trata de un cannabinoide sintético. ¿Qué significa eso? Para entenderlo mejor, primero hay que conocer cómo surgen estos compuestos. ¿Qué son los cannabinoides sintéticos y semisintéticos? Antes de centrarnos en el CB9, conviene entender qué significa que un cannabinoide sea sintético o semisintético. Esto te ayudará a comprender por qué surgen nombres nuevos en el mundo del cáñamo con tanta frecuencia. Los cannabinoides sintéticos son compuestos creados en laboratorios que buscan imitar la estructura y efectos de los cannabinoides que sí están en la planta de cannabis, como el THC o el CBD. A diferencia de los naturales, no se encuentran naturalmente en la planta de cannabis: son resultado de investigación y síntesis química. Sin embargo, vale la pena resaltar que, a veces, algunos de estos compuestos son sintetizados en laboratorio y tiempo después se identifican en la planta. Este, por ahora, no es el caso del CB9, que no se ha encontrado en el cannabis (Dadiotis et al., 2025). Estos compuestos forman parte de las sustancias psicoactivas emergentes, que llegan al mercado antes de ser estudiadas a fondo. Se crean con ligeras variaciones químicas para diferenciarse de los cannabinoides conocidos, lo cual los plantea como novedades interesantes, pero también los ubican en lugares ambiguos en términos de legalidad y seguridad. ¿De donde vienen los cannabinoides como el CB9? Podemos resumirlo así: los cannabinoides sintéticos son moléculas diseñadas por el ser humano que intentan imitar lo que la planta hace por sí misma. Para quienes exploran este mundo, representan innovación y curiosidad, aunque aún falta información científica sobre ellos. Su fabricación suele ser más sencilla de lo que parece. Primero, se parte de moléculas base ya conocidas y se modifican químicamente para obtener un nuevo compuesto. Por esta razón se dice que el CB9 viene del CBD, pues sería esta la molécula original del que se partió para modificarlo hasta llegar a este compuesto nuevo. ¿Qué se dice sobre el CB9? Al buscar qué es el CB9, lo que más se encuentra son descripciones en foros y tiendas online que lo presentan como una novedad del mundo cannábico, llena de potencial e interés. Además de lo ya comentado, muchas páginas mencionan más supuestas características que lo hacen llamativo para la comunidad. Supuestos efectos y beneficios En los sitios web y foros que mencionan al CB9, se le atribuyen diversos beneficios potenciales, aunque ninguno respaldado por evidencia científica. Entre las descripciones más repetidas se encuentran: Bienestar general y relajación: Se menciona que podría favorecer la sensación de calma y contribuir a aliviar el estrés. Euforia ligera y percepción sensorial alterada: Algunas páginas indican que, a diferencia del CBD, sí posee efectos psicoactivos, aunque serían más suaves que los del THC. Posible apoyo en el descanso: Se sugiere que podría facilitar el sueño y ayudar a quienes tienen dificultad para relajarse al final del día. Potencial en el bienestar: Algunos sitios hablan de potenciales propiedades antiinflamatorias, neuroprotectoras y ansiolíticas, y se menciona su posible utilidad en dolor crónico o afecciones neurodegenerativas. Todos estos son potenciales beneficios que se reportan generalmente en muchos otros cannabinoides, y ampliamente estudiados en el caso del CBD (Blebea et al., 2024). Eso podría indicar que otros cannabinoides novedosos podrían compartir dichas características. Sin embargo, el CB9 aún no ha sido estudiado para ninguno de estos propósitos y estas afirmaciones no están respaldadas por la ciencia. Supuesta composición y origen La mayoría de páginas que hablan de él vinculan el CB9 con el CBD y se menciona como un derivado o evolución de este cannabinoide natural. Algunos textos explican que sería parte de una generación de compuestos inspirados en el cannabis, combinando semisíntesis y modificación de moléculas conocidas. También se difunden comparaciones con otros cannabinoides como CBG o CBN, insinuando que CB9 estaría en un punto intermedio entre los efectos relajantes y una ligera estimulación. Sin embargo, una vez más, la certeza de estas afirmaciones aún no está comprobada. Lo que revela la ciencia sobre el CB9 Al ser un cannabinoide que apareció tan recientemente, aún no hay muchos estudios al respecto. Sin embargo, recientemente un estudio científico logró analizarlo junto a otros 3 nuevos cannabinoides que aparecieron en el mercado europeo (Dadiotis et al., 2025). A continuación, te explicamos sus hallazgos y afirmaciones. Identificación del CB9 y cómo se descubrió Los investigadores confirmaron que el CB9 es un cannabinoide semisintético, es decir,

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Los cannabinoides: CBD, CBG y CBN

Seguramente los has escuchado, ya sea en forma de flores CBD o aceites con CBG, o incluso hash con CBN. No es casualidad: estos compuestos del cannabis están en boca de todos por las investigaciones que los rodean. Y si te preguntas qué los diferencia o qué papel pueden tener en tu bienestar, estás en el lugar indicado para descubrirlo. ¿Qué son los cannabinoides? Los cannabinoides son compuestos químicos que interactúan con un sistema clave del cuerpo humano: el sistema endocannabinoide. Este sistema está compuesto por una red de receptores distribuidos por todo el organismo, y cumple funciones esenciales en el equilibrio de procesos como el estado de ánimo, la inflamación, el apetito, el sueño o la percepción del dolor. Algunos cannabinoides se producen de forma natural dentro del cuerpo humano y otros provienen de fuentes vegetales. Estos últimos han sido objeto de creciente interés científico por sus posibles aplicaciones en contextos terapéuticos, cosméticos y de investigación. Tipos de cannabinoides Los cannabinoides se dividen principalmente en tres tipos según su origen: endocannabinoides (producidos por el cuerpo), fitocannabinoides (derivados de plantas) y cannabinoides sintéticos (creados en laboratorio). En la planta de cannabis se han identificado más de 100 fitocannabinoides, aunque solo algunos han sido ampliamente estudiados. Entre ellos, el tetrahidrocannabinol (THC) es el más conocido por sus efectos psicoactivos, mientras que el cannabidiol (CBD), el cannabigerol (CBG) y el cannabinol (CBN) han ganado protagonismo por su potencial sin generar alteraciones en la percepción. Comprender estas categorías ayuda a situar mejor el papel de cada compuesto dentro del ecosistema del cannabis y a distinguir entre sus posibles aplicaciones. CBD, CBG y CBN: tres cannabinoides sin efecto psicoactivo El CBD, el CBG y el CBN son tres fitocannabinoides que han cobrado protagonismo en la investigación científica y en el desarrollo de productos legales. A diferencia del THC, no generan efectos psicoactivos, lo que ha facilitado su inclusión en formulaciones cosméticas, aceites de uso tópico o productos destinados al estudio. Aunque comparten origen vegetal y una estructura molecular similar, cada uno interactúa de forma distinta con los receptores del sistema endocannabinoide y otros mecanismos del cuerpo. Esta diversidad de acción ha despertado el interés de investigadores y compradores que buscan alternativas más seguras y accesibles dentro del campo del bienestar. Comprender qué los hace únicos y cómo podrían influir en tu bienestar es el primer paso para explorar su potencial de forma informada. Potenciales propiedades del CBD Origen del CBD en la planta de cannabis El cannabidiol (CBD) es uno de los cannabinoides más abundantes en muchas variedades de cannabis no psicoactivo. Su origen se encuentra en el ácido cannabidiolico (CBDA), que se transforma en CBD mediante procesos como el calentamiento o el envejecimiento natural de la planta. Esta transformación es clave en la extracción y producción de productos con CBD. Gracias a su abundancia natural, estabilidad química y facilidad de extracción, el CBD ha sido ampliamente investigado. Es, de hecho, el cannabinoide más estudiado hasta la fecha, y su versatilidad ha hecho que se incluya en productos para la piel, aceites tópicos, cremas deportivas y más. Cómo actúa el CBD en el organismo Cuando aplicas CBD, este interactúa con el sistema endocannabinoide, una red de receptores que ayuda a mantener el equilibrio en funciones como el estado de ánimo, el dolor o la inflamación. Dentro de este sistema, los receptores CB1 y CB2 son de los que más escucharás hablar gracias a su relación con los efectos y potenciales beneficios de los cannabinoides. Aunque el CBD no activa directamente los receptores CB1 y CB2, sí influye en su actividad, actuando más como un modulador que como un disparador. Además, el CBD también actúa sobre otros receptores importantes, algunos de los que se han estudiado son: los TRPV1, relacionados con la percepción del dolor y la temperatura; los 5-HT1A, involucrados en la regulación emocional; y los receptores PPAR-γ, que cumplen funciones clave en procesos inflamatorios y metabólicos (Blebea et al., 2024). Usos del CBD estudiados en ciencia Los estudios científicos sobre el CBD han abordado una variedad de posibles propiedades, con especial atención en su interacción con procesos como la inflamación, el dolor, la oxidación celular y la regeneración tisular. Por ejemplo, se investiga su capacidad para modular la respuesta inflamatoria sin inhibir completamente los mecanismos naturales del cuerpo (Tijani et al., 2021), así como su potencial para aliviar molestias musculares y dolor neuropático en ciertos contextos (Alpy et al., 2023; Xu et al., 2023). En el ámbito de la hidratación, se ha observado que podría estimular la producción de proteínas como la aquaporina-3, fundamentales para mantener el equilibrio de agua entre células (Ikarashi et al., 2021). Además, el CBD podría participar en procesos de regeneración celular al influir sobre los receptores CB2, lo que sugiere una posible implicación en la cicatrización de tejidos (Parikh et al., 2024). También se explora su capacidad para reducir la producción de sebo en la piel y controlar la proliferación de bacterias vinculadas al acné (Ferreira et al., 2024). Además, algunos estudios indican que puede neutralizar radicales libres, lo que abre líneas de investigación sobre su papel en la protección celular frente a factores ambientales y el envejecimiento (Atalay et al., 2019). Estos son solo algunas de las áreas en que se investiga el CBD y, aunque aún se requieren más ensayos clínicos, los hallazgos actuales justifican el interés que el mundo tiene en este compuesto. Potenciales propiedades del CBG Origen del CBG en la planta de cannabis El cannabigerol (CBG) es conocido como el «cannabinoide madre» porque, en su forma ácida CBGA, da origen a varios cannabinoides importantes como el THCA, el CBDA y el CBCA. Durante el desarrollo de la planta, la mayoría del CBGA se transforma en estos compuestos, lo que deja una cantidad muy pequeña de CBG disponible de forma natural. Gracias al desarrollo de variedades ricas en CBG, hoy es más fácil extraerlo y estudiarlo. Esto ha permitido avanzar en la comprensión de sus propiedades y posibles aplicaciones, que lo distinguen del

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¿Qué es el CBDP?

Todos hemos escuchado hablar del CBD y el THC, pero las investigaciones recientes sobre cannabinoides han revelado que el cannabis contiene una diversidad de moléculas que apenas estamos empezando a explorar. Entre ellas se encuentra el CBDP, un fitocannabinoide que ha captado la atención de algunos grupos científicos por su estructura poco común y su potencial biológico aún por descubrir. En este artículo te contamos qué se sabe hasta ahora sobre él, en qué se diferencia del CBD que ya conoces y qué tipo de investigaciones se están desarrollando para descubrirlo. ¿Qué es el CBDP o cannabidiforol? Aunque su nombre recuerda al CBD, el CBDP o cannabidiforol forma parte de una subfamilia de cannabinoides conocidos como phoroles, un grupo recientemente identificado en la planta de cannabis y caracterizado por tener una cadena alquílica de siete carbonos. Esta variación en su estructura química es poco común entre los cannabinoides naturales y es la clave del interés que ha despertado. Algunos creen que los compuestos con esta característica tienen una potencia superior, como parece ser el caso del THCP, otro cannabinoide de la misma subfamilia. Se considera un fitocannabinoide natural, ya que ha sido identificado en la planta de cannabis. Sin embargo, actualmente no es posible conseguir plantas de CBDP de la misma manera en que obtenemos flores de CBD. El cannabidiforol aparece en cantidades extremadamente bajas de forma natural, lo que hace muy difícil su obtención directa. Por esa razón, el CBDP que se encuentra hoy en el mercado suele ser elaborado en procesos de laboratorio a partir de extractos aislados. Es por esto que suele encontrarse como un cannabinoide semisintético, a pesar de existir de forma natural dentro de la planta. Historia del descubrimiento del CBDP Hoy en día se le reconoce como un componente natural del cannabis, pero su historia comenzó en un laboratorio, décadas atrás. En 1945, se documentaron por primera vez los efectos del THCP, otro cannabinoide con estructura similar, a través de un análogo sintético, es decir que fue creado en laboratorio. Estas primeras observaciones abrieron el camino para que, eventualmente y gracias al avance de las técnicas de síntesis, se pudiera producir también el CBDP en laboratorio, incluso antes de saber que existía en la planta. Pero mucho tiempo después, en 2019, un equipo logró detectar pequeñas cantidades de CBDP en una variedad específica de cannabis. Este hallazgo permitió reclasificarlo como fitocannabinoide, es decir, como un compuesto producido naturalmente por la planta. Sin embargo, su presencia sigue siendo tan escasa que la mayoría de lo que se estudia sobre él proviene de versiones sintéticas. Al ser un cannabinoide tan escaso, hay aún muy pocos estudios sobre él, por lo que su perfil biológico y sus características todavía se encuentran en etapas muy tempranas de investigación (Haghdoost et al., 2024). ¿En qué se diferencia del CBD (a nivel estructural)? Desde una perspectiva química básica, la diferencia principal entre el CBDP y el CBD es la longitud de la cadena lateral alifática que forma parte de su estructura molecular. Mientras el CBD posee una cadena de cinco carbonos, el CBDP se caracteriza por tener una de siete carbonos. ¿Por qué esto importa? Porque se ha planteado la hipótesis de que las cadenas laterales más largas podrían aumentar la afinidad con ciertos receptores del cuerpo, haciéndolos potencialmente más eficaces. Esta idea ganó fuerza a partir del caso del THCP, que parece tener efectos e interacciones más fuertes que el THC (Haghdoost et al., 2024). A partir de ahí, muchos se preguntaron si algo similar ocurriría con el CBDP respecto al CBD. Sin embargo, los estudios actuales no respaldan del todo esa suposición. El estudio de Haghdoost et al. (2024), uno de las pocas investigaciones disponibles sobre este compuesto, no encontró mayores diferencias en su potencia e, incluso, señaló que el CBD podría ser más efectivo en ciertos casos. Por eso, aunque estas diferencias estructurales son importantes, aún queda mucho por investigar para comprender cómo se traducen en efectos reales en el cuerpo. Diferencias de los efectos del CBDP respecto al CBD Entonces, ¿el CBDP se comporta distinto en el cuerpo? Para entender esto, es útil recordar cómo funcionan los cannabinoides en el organismo. Estos compuestos interactúan con el sistema endocannabinoide, una red de receptores que ayuda a regular funciones clave como el dolor, el apetito, el estado de ánimo o la respuesta inmunitaria. Los receptores más conocidos son el CB1, relacionado con el sistema nervioso, y el CB2, que actúa principalmente sobre el sistema inmune. En estudios recientes, como el de Haghdoost et al. (2024), se analizó la interacción tanto del CBD como del CBDP con estos receptores. Los resultados mostraron que ambos compuestos generaron respuestas bastante suaves. En el CB1, ninguno de los dos produjo efectos significativos. En el CB2, el CBD mostró una actividad ligeramente mayor. También se evaluaron otros receptores como los de serotonina y dopamina, asociados a funciones como el estado de ánimo o la motivación. Allí, el CBD mostró una leve actividad, mientras que el CBDP tuvo un comportamiento casi nulo. A pesar de estas similitudes, se observó una diferencia interesante en uno de los receptores fuera del sistema endocannabinoide tradicional, lo que abrió una posible línea de investigación que exploramos a continuación. Potencial del CBDP para manejar el dolor Uno de los hallazgos más relevantes del estudio fue la forma en que el CBDP interactuó con el receptor mu-opioide (MOR), una proteína clave en los mecanismos del dolor. Este receptor no pertenece al sistema endocannabinoide, pero es esencial en muchas terapias analgésicas tradicionales. En el estudio, el CBDP mostró una acción distinta a la del CBD: en lugar de disminuir la actividad del receptor (como lo hace el CBD), pareció potenciarla cuando ya había otra sustancia actuando sobre él. Esto sugiere que el CBDP podría actuar como un modulador alostérico positivo. En otras palabras, no activa el receptor por sí solo, pero podría ayudar a amplificar su señal si otro compuesto ya lo ha activado. Este tipo de interacción abre la

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Efecto séquito: cómo interactúan los cannabinoides

Cuando se habla de cannabis, muchas veces se piensa en compuestos individuales como el THC o el CBD. Sin embargo, desde hace años, científicos y profesionales del sector han empezado a mirar más allá de los ingredientes aislados. ¿Qué ocurre cuando los distintos componentes de la planta interactúan entre sí? La respuesta a esa pregunta ha dado lugar a una hipótesis cada vez más explorada: el efecto séquito. Este concepto propone que los efectos del cannabis podrían no depender únicamente de un cannabinoide específico, sino de la acción conjunta de varios compuestos como terpenos, flavonoides y otros cannabinoides secundarios. Es una idea que ha captado el interés tanto en contextos de bienestar como en espacios de investigación. En este artículo, te acompañamos a descubrir qué se ha observado, qué se ha sugerido en los estudios y por qué este enfoque podría ser clave para comprender mejor el potencial del cannabis. El efecto séquito del cannabis: una hipótesis en evolución El efecto séquito se refiere a una posible sinergia entre los distintos compuestos presentes en el cannabis. Más que actuar por separado, estos componentes podrían influirse entre sí y producir efectos más amplios, diferentes a los que tendría cada uno por su cuenta. Esto podría ayudar a explicar por qué dos variedades de cannabis, aun con niveles similares de THC o CBD, pueden generar respuestas distintas. La diferencia podría estar en su perfil químico completo, es decir, en la combinación de muchos compuestos trabajando juntos. Para quienes se acercan al cannabis desde la curiosidad o desde la experiencia personal, este concepto abre nuevas preguntas: ¿Influye el aroma? ¿Importa la presencia de compuestos que casi no se mencionan? ¿Tiene sentido preferir productos que conserven todos los elementos de la planta? En ese tipo de preguntas es donde se observa la complejidad y posibilidades que abre el efecto séquito. Origen del término en la investigación científica El concepto fue introducido por Ben-Shabat et al. (1998), quienes investigaban el sistema endocannabinoide del cuerpo humano. Observaron que algunos compuestos que por sí solos no generaban efectos claros podían, en cambio, potenciar los efectos de otras sustancias que sí interactuaban directamente con los receptores del organismo. Esa idea de que algunos elementos «acompañan» y refuerzan a otros dio lugar al nombre de efecto séquito. Años después, el investigador Ethan Russo (2011) retomó el concepto y lo aplicó al cannabis vegetal. Su propuesta fue que los cannabinoides y terpenos podrían tener efectos combinados que modifiquen tanto los beneficios observados como los posibles efectos secundarios. Algunos ejemplos que propuso incluyen la capacidad del CBD para reducir la ansiedad provocada por el THC, o la posibilidad de que ciertos terpenos suavicen el impacto cognitivo del mismo THC. Qué compuestos del cannabis podrían participar en el efecto séquito Esta sección nos permite mirar de cerca los distintos actores químicos que podrían estar implicados en el efecto séquito. Más allá de los más conocidos como el CBD o el THC, habría toda una red de componentes que interactúan de formas complejas. Entender su papel podría ayudarte a elegir con más criterio entre distintos productos de cannabis. Cannabinoides secundarios: CBG, CBN y CBC en interacción con THC y CBD Los cannabinoides son los compuestos activos más conocidos del cannabis, pero dentro de esta categoría hay más variedad de la que suele mencionarse. Además del THC y el CBD, existen otros como el CBG (cannabigerol), el CBN (cannabinol) y el CBC (cannabicromeno). Estos cannabinoides llamados «secundarios» no son menores en importancia: se ha propuesto que podrían influir en cómo actúa el CBD o alterar la forma en que se percibe el efecto general del producto. Sainz Cort (2024) explica que cada variedad de planta presenta un quimiotipo distinto. Esto significa que los porcentajes de cannabinoides y otros compuestos varían de forma natural, generando combinaciones únicas. Justamente en esa diversidad podría encontrarse la clave para entender por qué un mismo porcentaje de CBD produce efectos diferentes según la variedad. Terpenos del cannabis y su posible efecto modulador Los terpenos son los compuestos responsables del aroma característico del cannabis, pero su función podría ir más allá del olor. Algunas investigaciones han sugerido que también podrían influir en el sistema nervioso, interactuando con los receptores cannabinoides o modificando la biodisponibilidad de otros compuestos. Por ejemplo, el mirceno ha sido asociado a sensaciones de relajación, el limoneno a estados de ánimo más activos y el pineno a una posible mayor claridad mental. Voicu et al. (2019) encontraron que algunos de estos terpenos presentan afinidad por receptores como el CB2, que están implicados en la regulación del sistema inmune. Aunque estos efectos aún están en estudio, la posibilidad de que el aroma y los efectos vayan de la mano es una de las razones por las que los terpenos generan tanto interés. Flavonoides y compuestos menos estudiados: un campo en expansión En menor medida, los flavonoides también están presentes en el cannabis. Son compuestos naturales que se encuentran en muchas plantas y que podrían tener propiedades antioxidantes o antiinflamatorias. Marinotti y Sarill (2020) mencionan que estos elementos, aunque no siempre se consideran protagonistas, podrían actuar como piezas complementarias que enriquecen el perfil general del producto. Aún falta mucho por descubrir sobre su papel específico, pero su presencia es una parte más de la complejidad natural del cannabis. Posibles beneficios del efecto séquito en el cannabis según estudios científicos Comprender cómo podría funcionar el efecto séquito permite abrir nuevas puertas a distintas aplicaciones potenciales del cáñamo y otras variedades de cannabis. A continuación te contamos en qué contextos los estudios han comenzado a explorar su utilidad. Inflamación y sistema inmune: interacción entre terpenos y cannabinoides Uno de los focos principales de investigación ha sido la inflamación. El sistema inmune regula muchas funciones del organismo y responde ante daños, infecciones o desequilibrios. Algunos estudios han observado que la acción conjunta de cannabinoides como el CBD con terpenos específicos podría tener un impacto en los procesos inflamatorios. Por ejemplo, Voicu et al. (2019) destacaron el papel del mirceno y el

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Diferencias entre CBD y CBG

Todos hemos escuchado hablar del CBD. Es normal que, cuando se habla de cannabinoides, sea el cannabidiol el que se lleve toda la atención. Sin embargo, existe una amplia variedad de compuestos en esta planta que también empiezan a destacar por sus características particulares. Entre ellos, el CBG, llamado “cannabinoide madre”, ha llamado la atención. Ambos compuestos derivan del cannabis, no son psicoactivos y han sido objeto de estudios científicos por sus posibles efectos sobre el bienestar. Ahora bien, ¿qué los hace diferentes? ¿Cómo actúan en el organismo? Y sobre todo, ¿por qué escoger entre CBG y CBD (o los dos)? CBD y CBG: origen, características y evolución Antes de ver cómo actúa cada uno en el cuerpo, conviene entender de dónde vienen y cuál ha sido su recorrido. Aunque ambos provienen de la misma planta, sus concentraciones, funciones y presencia en productos disponibles son muy distintas. ¿Qué es el CBD y por qué ha ganado protagonismo? El cannabidiol, o CBD, es uno de los cannabinoides más estudiados de la planta de cannabis. Se encuentra en mayor concentración que otros compuestos y, a diferencia del THC, no altera la percepción ni el estado mental. Su perfil ha sido explorado en distintos contextos por su posible capacidad para influir en el equilibrio del sistema nervioso, la inflamación y el descanso. Esta presencia amplia y su versatilidad de aplicaciones lo han convertido en un aliado de la industria del bienestar e incluso un ingrediente común en cremas, bálsamos o aceites CBD. ¿Qué es el CBG y por qué llama la atención? El cannabigerol, o CBG, es menos conocido, pero resulta clave en la biosíntesis de otros cannabinoides. Su forma ácida (CBGA) es el punto de partida del que derivan el CBD, el THC, el CBC y otro scannabinoides, de allí que sea conocido como “el cannabinoide madre”. Sin embargo, dado que gran parte del CBGA se convierte en estos otros compuestos durante la maduración de la planta, el CBG suele encontrarse en concentraciones muy bajas. Solo recientemente, gracias al avance en técnicas de cultivo y el desarrollo de cepas específicas, se ha logrado obtener mayores cantidades. Se ha comenzado a estudiar su posible influencia en áreas como la salud digestiva, la respuesta inmunológica o la actividad neuronal. Cómo actúan el CBD y el CBG en el organismo Tanto el CBD como el CBG interactúan con el sistema endocannabinoide, una red biológica que participa en funciones como el dolor, el estado de ánimo y la respuesta inflamatoria. Sin embargo, lo hacen de formas distintas. El CBD no se une directamente a los receptores CB1 y CB2, sino que los modula de forma indirecta. Esta característica le otorga cierta flexibilidad en cómo influye sobre distintos procesos del cuerpo. El CBG, en cambio, ha mostrado afinidad más directa por estos receptores. Se le considera un agonista parcial, lo que significa que podría activar ciertos mecanismos con mayor especificidad. Esta diferencia ha llamado la atención en estudios que analizan su posible efecto más localizado o inmediato en determinadas funciones (Calapai et al., 2022). Otros mecanismos estudiados: receptores y enzimas Ambos cannabinoides también han sido analizados por su interacción con otros sistemas del cuerpo. Uno de ellos es el receptor TRPV1, vinculado con la percepción del dolor y la temperatura. Otro es la enzima FAAH, que regula los niveles de anandamida, una molécula natural asociada con el equilibrio emocional y la sensación de alivio. Estos caminos paralelos permiten observar que tanto el CBD como el CBG podrían influir en procesos similares, aunque a través de rutas distintas. Propiedades del CBD y del CBG: qué se ha estudiado y cómo podrían influir en el bienestar Muchos de los estudios sobre estos cannabinoides se han centrado en observar cómo podrían participar en procesos relacionados con la inflamación, el malestar físico o el funcionamiento del cerebro. Aunque la investigación sigue en desarrollo, hay ciertas áreas donde los resultados preliminares han despertado bastante interés. Actividad antiinflamatoria y antioxidante: comparativa entre CBD y CBG El CBD ha sido ampliamente estudiado por su posible capacidad para influir en moléculas del sistema inmune conocidas como citoquinas, que están relacionadas con las respuestas inflamatorias del cuerpo (Atalay et al., 2019). Esta propiedad ha sido explorada en relación con molestias articulares o problemas en la piel. Por otro lado, el CBG ha sido analizado en estudios de laboratorio sobre inflamación intestinal, incluyendo afecciones como la colitis, donde se observa que podría intervenir en cómo se regula la inflamación (Li et al., 2022). Además, ambos compuestos han sido reconocidos por su potencial como antioxidantes. Esto significa que podrían ayudar a neutralizar los radicales libres, unas moléculas que dañan las células y están asociadas con el envejecimiento y otras alteraciones celulares (Calapai et al., 2024). En conjunto, estas acciones protectoras de ambos compuestos han dado lugar a nuevas líneas de investigación sobre su papel en el equilibrio general del cuerpo. CBD y CBG frente al dolor: posibles diferencias en sus mecanismos En cuanto al dolor, el CBD ha sido vinculado con su interacción con una proteína llamada TRPV1, que forma parte de un sistema que regula la percepción del dolor y la temperatura corporal (Blebea et al., 2024). Por eso se ha considerado en estudios que investigan molestias prolongadas, tensión muscular o rigidez en articulaciones. El CBG, aunque se ha estudiado menos, también ha mostrado señales prometedoras. Se ha observado que podría interactuar de manera más directa con receptores específicos del sistema endocannabinoide, como los llamados CB1 y CB2. Esta interacción podría estar relacionada con efectos más específicos en tipos de dolor como el agudo o el de origen nervioso (Li et al., 2022; Calapai et al., 2024). Esto sugiere que cada uno de estos compuestos podría actuar en momentos o tipos de malestar específicos. Potencial neuroprotector del CBD y el CBG según investigaciones actuales También se han analizado los efectos del CBD y el CBG en el sistema nervioso. En el caso del CBD, los estudios sugieren que podría ayudar a reducir la inflamación en el

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¿Qué diferencias hay entre el CBD y el THC?

Cuando se habla de compuestos derivados del cáñamo, dos nombres suelen aparecer con frecuencia: el CBD y el THC. Ambos forman parte de una misma familia química, pero sus efectos, usos y regulación legal son muy distintos. ¿Qué los hace tan diferentes? Entender cómo actúan en el cuerpo, qué aplicaciones se les atribuyen y qué dice la evidencia científica puede ayudarte a tomar decisiones más informadas y seguras. Y para ello, lo primero es observar cómo se relacionan con tu propio sistema biológico. Cómo actúan en el cuerpo: mecanismos de acción Antes de hablar de efectos o usos, es fundamental entender qué ocurre en tu organismo cuando entran en contacto con el CBD o el THC. Ambos actúan a través de un sistema interno llamado endocannabinoide, que funciona como una red de regulación. Es decir, como un conjunto de «interruptores» que ayudan a mantener el equilibrio entre funciones tan diversas como el estado de ánimo, el apetito o el sueño. Veamos qué papel juega cada uno. El sistema endocannabinoide y su papel regulador Este sistema está presente en tu cuerpo desde que naces y cumple funciones clave para tu bienestar general. Está compuesto por receptores (llamados CB1 y CB2), que actúan como sensores en distintas partes del organismo. Los CB1 están principalmente en el cerebro, mientras que los CB2 se encuentran en órganos periféricos, el sistema inmunológico y tejidos como la piel. Los cannabinoides como el THC y el CBD se vinculan a estos receptores de formas distintas, y allí comienza la gran diferencia. Mientras uno los activa directamente, el otro los modula con suavidad. Esa interacción marca la pauta de sus efectos. El THC y su efecto directo sobre los receptores cerebrales El THC (tetrahidrocannabinol) se une directamente a los receptores CB1 ubicados en el cerebro. Al hacerlo, los activa como si pulsara botones que modifican temporalmente la comunicación entre neuronas. Esto puede traducirse en cambios en la percepción del tiempo, sensaciones intensas o alteraciones en la memoria inmediata. Según investigaciones como las de Stella (2023), esta activación le da algún potencial beneficioso, pero también hace que sus efectos sean más fuertes y por eso necesita mayor control médico y de expertos cuándo se usa con esos fines. En personas jóvenes o con cierta predisposición, puede generar efectos secundarios cognitivos o emocionales que conviene conocer con antelación. El CBD y su influencia indirecta El cannabidiol (CBD), por su parte, no activa directamente estos receptores. Lo que hace es algo más sutil: los modula. Es lo que los expertos llaman un modulador alostérico negativo. En palabras simples, cambia levemente la forma del receptor para que su respuesta ante otras sustancias sea más equilibrada. Además, el CBD interactúa con otros receptores como los TRPV1 (relacionados con la percepción del dolor y la temperatura) o el 5-HT1A (vinculado a la regulación emocional y la serotonina). Esta capacidad de influir en varios puntos a la vez podría explicar por qué se estudia su papel en el alivio del dolor, la ansiedad o incluso la protección celular (Blebea et al., 2024). Efectos en el organismo: lo que muestra la evidencia Con los mecanismos claros, ahora podemos hablar de sus efectos. Las diferencias entre CBD y THC no solo se ven en cómo actúan, sino también en los cambios que producen a nivel físico, emocional y cognitivo. Aquí es donde la ciencia ofrece una guía valiosa. Cambios cognitivos y emocionales asociados al THC Estudios en humanos y animales han mostrado que el THC altera la actividad de zonas cerebrales como el hipocampo y la corteza prefrontal (Stella, 2023). Estas regiones están involucradas en la memoria, el juicio y el control emocional. Como resultado, el THC puede provocar dificultades temporales en la memoria de trabajo, menor claridad al tomar decisiones o incluso variaciones en el estado de ánimo. Aunque algunas personas lo buscan justamente por estos efectos, también pueden representar riesgos, especialmente cuando se desconoce la cantidad o el contexto en que se usa. Esa es una de las razones por las que su regulación es más estricta. Efectos reguladores del CBD sobre el ánimo, el dolor y el sueño El CBD ha sido estudiado desde una perspectiva diferente. Al no generar efectos psicoactivos, se ha explorado su capacidad para modular estados como la ansiedad o el estrés sin interferir en la lucidez mental (Blessing et al., 2015). Además, investigaciones lo vinculan con potenciales propiedades antiinflamatorias y antioxidantes que podrían ser útilez para el manejo de molestias físicas (Atalay et al., 2019). En cuanto al sueño, estudios como el de Rojas-Valverde (2021) han observado que el CBD podría favorecer el descanso sin inducir somnolencia artificial. Es decir, no se trataría de dormir más, sino de dormir mejor, de forma natural y sin afectar tu conciencia. Este conjunto de posibles efectos lo ha convertido en una opción atractiva para quienes buscan acompañar su bienestar cotidiano. Seguridad, tolerancia y posibles riesgos Hablar de cannabinoides no solo implica conocer sus beneficios, sino también sus posibles efectos adversos. Entender cuáles son sus niveles de tolerancia y seguridad te ayuda a evaluar mejor si son adecuados para ti. Perfil de seguridad del cannabidiol (CBD) Una de las razones por las que el CBD ha ganado popularidad es que, en general, suele ser seguro. En los pocos casos donde hay reacciones adversas, suelen ser transitorias: sensación de cansancio, sueño leve o malestar digestivo (Blebea et al., 2024). También es relevante que no se ha identificado riesgos de dependencia ni efectos negativos sobre la memoria. Sin embargo, como cualquier sustancia activa, puede interferir con ciertos medicamentos o condiciones de salud. Por eso, si piensas incorporar CBD en tu rutina, es recomendable hacerlo con supervisión profesional, especialmente si ya estás bajo tratamiento o tienes alguna condición médica. Riesgos asociados al consumo de tetrahidrocannabinol (THC) El caso del THC requiere mayor atención. Cuando se usa de forma repetida, puede desarrollar tolerancia (es decir, necesitar cada vez cantidades más altas para sentir sus efectos) y, en algunos casos, dependencia psicológica. Investigaciones como las de Stella

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¿Cómo se hacen los cristales de CBD?

¿Alguna vez te has preguntado cómo se logra transformar la planta de cáñamo en cristales de CBD de alta pureza? Es un proceso que combina ciencia y precisión para obtener un producto refinado y libre de impurezas. A través de técnicas avanzadas de extracción y purificación, el cannabidiol alcanza su forma cristalina, convirtiéndose en un ingrediente esencial para diversas aplicaciones. Si bien el CBD es ampliamente conocido en sus presentaciones de aceites y cremas, pocos conocen el meticuloso procedimiento detrás de su cristalización. En este artículo, te guiaremos por cada etapa del proceso, desde la extracción inicial hasta la obtención de cristales listos para su uso.  ¿Qué son los cristales de CBD y qué los diferencia de otras presentaciones? El CBD en forma de cristales es un aislado de alta pureza que se extrae de la planta de cáñamo mediante procesos avanzados. A diferencia de otros productos derivados, los cristales son una forma concentrada y refinada, sin terpenos ni otros cannabinoides. Su apariencia recuerda al azúcar o la sal, y su composición permite un control preciso en su uso en formulaciones médicas, cosméticas y alimenticias. Diferencias con otros productos de CBD A diferencia de aceites, tinturas o extractos de espectro completo, los cristales de CBD son la forma más pura del cannabidiol. Mientras que los aceites suelen contener una combinación de cannabinoides y terpenos, los cristales eliminan estos compuestos, dejando un producto sin olor ni sabor, ideal para aplicaciones específicas donde se requiere control total sobre la dosificación. Beneficios de la purificación La obtención de cristales de CBD no solo se centra en la extracción del compuesto, sino también en la eliminación de impurezas como ceras, pigmentos y restos de otros cannabinoides como el THC. El objetivo final es lograr un producto con una pureza mayor al 99%, garantizando su seguridad y eficacia. Legalidad del CBD y contenido de THC El estatus legal del CBD varía según la regulación de cada país. En España, los productos de CBD son legales siempre que contengan menos del 0.2% de THC. El objetivo de los cristales es justamente reducir la presencia de otros cannabinoides, así que su contenido se suele ajustar a la ley. Sin embargo, es fundamental verificar la normativa vigente en tu región para evitar inconvenientes legales. Materiales y técnicas utilizadas en la fabricación de cristales de CBD El proceso de obtención de los cristales de CBD requiere materiales y equipos especializados para garantizar la pureza y seguridad del producto final. A continuación, se describen las herramientas clave y las técnicas utilizadas en su fabricación: Materiales esenciales Estos son los materiales mínimos necesarios para llevar a cabo el proceso de cristalización de CBD: Extracto de cannabidiol de alta calidad: Se obtiene de cáñamo industrial certificado mediante procesos de extracción controlados. La calidad del extracto inicial influye directamente en la pureza del producto final. Solventes especializados: Se emplean sustancias como etanol, n-hexano o butano en las distintas etapas del proceso de purificación y cristalización. Estos solventes ayudan a separar el CBD de otros compuestos vegetales. Sistema de evaporación y cristalización: Una vez purificado el extracto, este debe someterse a un proceso de evaporación controlada para formar los cristales. Técnicas avanzadas y equipos especializados Además de los materiales esenciales, se pueden emplear técnicas y equipos más sofisticados para mejorar la eficiencia y pureza del producto final: Equipos de purificación: Incluyen membranas de filtración, centrifugadoras y columnas de cromatografía, que permiten eliminar impurezas y aislar el CBD con alta precisión. Sistema de extracción con CO2 supercrítico: Esta técnica avanzada utiliza dióxido de carbono en estado supercrítico para extraer los compuestos activos sin dejar residuos químicos. Es un método eficiente, seguro y respetuoso con el medio ambiente. Cristalización controlada: Se utilizan sistemas de temperatura y presión reguladas para inducir la cristalización del CBD en condiciones óptimas. Secado y refinamiento final: Se emplean sistemas de vacío y temperaturas controladas para eliminar cualquier residuo de solventes y obtener cristales con más del 99% de pureza. Cada uno de estos elementos juega un papel fundamental en la eliminación de compuestos no deseados y en la concentración del CBD en su estado cristalino, asegurando un producto final seguro y de alta calidad. Proceso de extracción y purificación Dependiendo de si se parte del cáñamo como materia prima o de un extracto ya obtenido, el proceso puede comenzar desde la extracción inicial o directamente desde la purificación y cristalización. Si se parte de la planta de cáñamo: Paso 1: Extracción con CO2 supercrítico Este método utiliza dióxido de carbono a alta presión y temperatura controlada para separar el CBD de la biomasa de cáñamo. Es una técnica eficiente que evita residuos de solventes y preserva la calidad del extracto. Paso 2: Winterization (eliminación de ceras y grasas) Después de la extracción, el extracto crudo contiene ceras y lípidos que deben eliminarse. Para esto, se disuelve en etanol y se somete a temperaturas bajo cero, lo que provoca la precipitación de impurezas. Luego, la solución se filtra, dejando un extracto mucho más refinado. Si se parte de un extracto ya obtenido: Paso 3: Cromatografía para separación de compuestos Si ya se tiene un extracto de CBD, el primer paso es su purificación. La cromatografía en columna permite separar los distintos cannabinoides y eliminar trazas de THC. En este proceso, el extracto se hace pasar por una columna rellena de material sólido, como sílice o fase C18-reversed-phase, que actúa como un medio de separación. Al aplicar un solvente adecuado, los distintos compuestos presentes en la mezcla interactúan con ellos y se desplazan a diferentes velocidades según su afinidad química con el solvente y el material de la columna. Con este método, se consigue aislar el CBD de otros cannabinoides y compuestos vegetales no deseados, asegurando una mayor pureza del producto final. Precipitación y obtención de cristales de CBD Precipitación y obtención de cristales de CBD Paso 4: Cristalización por evaporación controlada Después de la purificación, el siguiente paso es la cristalización del CBD. Para lograrlo, se disuelve el extracto en un

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